Basado en estudios científicos

¿Por qué siempre tengo hambre? 9 Razones por las que siempre tienes apetito

Publicado: 14/11/2014 - Actualizado: 11/11/2020

¿Acabas de comer y tienes sensación de hambre?, ¿crees que podrías comerte todo lo que hay en la heladera en una sola comida? Debes saber que esta sensación continua de hambre voraz e interminable es muy común en algunos casos, pero puedes combatirla si sabes cuál es la causa. Hoy hablaremos de cuáles son las posibles causas de que tengamos hambre a cada rato. Identifica la tuya y ve a la razón del problema.

Razones por las que siempre tienes apetito

El hambre es un estímulo del cuerpo, que nos indica la necesidad de ingerir algún alimento. Se describe como una sensación de vacío y puede llegar a ser dolorosa. Es normal experimentar hambre luego de superar 4 horas sin haber ingerido alimento o líquidos, pero ¿por qué a veces no podemos saciar nuestra hambre? Las razones, pueden ser varias.

Si tienes sensación de hambre a todas horas, incluso nada más después de haber comido, es posible que se deba a que no manejas bien los tiempos de comidas o que tengas alguna patología o enfermedad. Vamos a ver algunas de las razones que provocan que las personas tengan ganas de comer continuamente.

1. Ayunos Prolongados

Saltarse tiempos de comida, y pasar más de 4 horas sin ingerir alimentos, efectivamente nos hará pasar hambre. Pero, no sólo esto, está comprobado que luego de ayunos prolongados, nuestro cuerpo experimenta un hambre voraz y al tener la posibilidad de comer, lo haremos en mayor medida.

Desafortunadamente, la señal de saciedad desde que empezamos a comer hasta que llegue a nuestro cerebro, puede tomar hasta 30 minutos. Es por eso, que cuando comemos con rapidez y aunque nos sintamos “llenos”, seguimos experimentando hambre.

2. Hipoglucemias

Los niveles bajos de glucosa o hipoglucemia desatan un hambre insaciable. Esto se debe a que el organismo detecta los niveles bajos de glucosa que es necesario para que nuestros órganos estén trabajando, especialmente nuestro cerebro.

El hambre es un mecanismo de defensa en estos casos y definitivamente debemos ingerir algo. Sin embargo, muchas veces, la cantidad que ingerimos en estas condiciones también es excesiva, lo que provoca una producción desmedida de insulina que a su vez puede nuevamente provocar hipoglucemia, y finalmente estamos atrapados en un ciclo de hambre.

Esto ocurre usualmente en personas con alteraciones de glucosa con condiciones de prediabetes o bien diabetes.

3. La gastritis produce sensación de hambre

Si sufres de este mal, es muy probable que te esté provocando un hambre continua ya que uno de los síntomas de la gastritis es la sensación de vacío o hambre pocas horas después de comer, lo que puede ocasionar que todo el día estemos tratando de ingerir alimentos para aliviar esta sensación.

Además de la gastritis, la úlcera péptica también puede provocar una dolorosa sensación de hambre. Es importante acudir a nuestro médico para un diagnóstico y tratamiento de estos padecimientos.

4. Falta de sueño y hambre

En otras oportunidades he recalcado la importancia de un buen descanso cuando se habla de la pérdida de peso.

El sueño insuficiente, es la causa de que nos sintamos cansados y desganados, y nuestro cuerpo al no poder descansar requiere de energía para estar activo, por lo que los antojos por cosas dulces o hipercalóricas, cuando nos falta el sueño, suelen ser muy comunes.

5. Dietas restrictivas

¿Tu desayuno consiste en una porción de fruta únicamente?, ¿tu dieta se compone de sólo 3 tiempos de comida? Reducir drásticamente las calorías de nuestra dieta, también puede desatar un apetito insaciable. Por ello es recomendable llevar a cabo una dieta más adecuada a nuestras necesidades nutricionales, a fin de poder cumplir con ella, y no pasar hambre.

Una dieta con 5 tiempos de comida puede ayudarnos controlarla y suele ser más fácil y recomendable elegir este tipo de dietas.

6. Si hace frío tenemos más hambre

Llega el frío y no puedes parar de comer, según investigaciones se trata de algo completamente normal.

El frío estimula nuestro apetito porque también requerimos de calorías y grasa para mantener una temperatura corporal adecuada.

También es por eso que a menudo se nos antojan las cosas dulces como el chocolate, el pan dulce, etc.

7. Ingerir productos light puede dar hambre

Es probable que nunca hayamos sospechado de las bebidas y productos light, porque, son ligeros precisamente.

Sin embargo, estudios científicos demuestran que el consumo de estas bebidas puede de hecho abrirnos el apetito, haciéndonos comer en exceso. Se aconseja consumir este tipo de bebida con moderación, así como los edulcorantes artificiales.

Sin duda alguna, lo mejor es consumir agua natural para hidratarnos, aunque también puedes ingerir aguas de frutas.

8. No es hambre, es ansiedad

A menudo confundimos ansiedad con hambre, pero ¿cuantas veces antes de comer realmente sentimos una sensación de vacío?, cuando el hambre como tal no está, pero el deseo de comer sí, suele tratarse de ansiedad.

La ansiedad es la sensación que nos deja una situación estresante, por ejemplo, tener alguna deuda, nos estresa, lo que a su vez nos produce ansiedad, y muchas veces encontramos alivio a la ansiedad en los alimentos, por erróneo que esto sea.

Lo que se recomienda en estos casos, es consumir alimentos bajos en calorías y buscar otra manera de liberar el estrés, el ejercicio es una herramienta muy útil ¡Hay que aprovecharla!

El yoga, o simplemente caminar 30 minutos 3 o 4 días de la semana puede ser ideal, no sólo para deshacerte del estrés extra, sino para quemar calorías también.

9. Ejercicio Excesivo

Estudios han demostrado que el ejercicio extenuante o mayor a una hora de duración es capaz de desatar nuestra hambre, de tal forma que muchas veces podemos llegar a compensar e incluso ingerir más de las calorías quemadas durante el ejercicio.

Si quieres realizar más de 50 minutos de ejercicio al día, procura hacerlo diferidos, no menos de 30 minutos por sesión pero no más de 60 minutos.

Referencias

  1. Malicela Barceló Acosta, M., Borroto Díaz, G., 2001. Estilo de vida: factor culminante en la aparición y el tratamiento de la obesidad. Revista Cubana de Investigaciones Biomédicas.
  2. Vela Bueno, A., Olavarrieta Bernardino, S. & Fernandez-Mendoza, J., 2007. Sueño y estrés. Relación con la obesidad y el síndrome metabólico. Revista Espanola de Obesidad, vol. 5, nº2, pag.77-90.
  3. González-Jiménez, E., & Schmidt Río-Valle, J., 2012. Regulación de la ingesta alimentaria y del balance energético: factores y mecanismos implicados. Nutrición Hospitalaria27 (6), pag. 1850-1859.

Revisado por: Dra. Loredana Lunadei el 11/11/2020

Acerca del autor
  • Mire Reyes

    Dietista y Nutriologa. Especialista en control de peso. Licenciada en nutrición por la Universidad del Valle de Atemajac. Tras años de tratar pacientes, llegó a la conclusión de que la orientación nutricional debe ser accesible para todas las personas. Por eso escribe en internet, divulgando conocimientos y buenas prácticas sobre nutrición y dietética. Mas información sobre su curriculum en Linkedin.