Publicado: 18/07/2017 - Actualizado: 10/11/2020
Autor: Mire Reyes
No cabe duda que nuestro cuerpo y cómo funciona es hasta hoy en día algo fascinante y complejo. Día a día hay nuevos avances en el campo de la medicina que nos ayudan a comprender mejor cómo trabaja nuestro organismo, sin embargo, aún faltan por desvelar más misterios acerca del metabolismo. Un experimento podría ser un interesante punto de partida para ello, ya que, según los resultados obtenidos, se cree que oler la comida puede tener influencias en la ganancia de peso.
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Relación entre Gusto y Olfato
La mayoría de nosotros sabemos que es posible percibir ciertos sabores como son el sabor salado, dulce, agrío, amargo e incluso el unami No hace mucho, también se ha descrito un nuevo sabor conocido como almidonado que vendría a agrupar los carbohidratos provenientes de harinas. Sin embargo, no todos tenemos conocimiento que, el gusto y el olfato son sentidos que están estrechamente relacionados en la manera en que percibimos el sabor de nuestros alimentos.
¿Alguna vez has sentido que un alimento sabe exactamente a lo que huele? De hecho, el sentido del gusto y del olfato se relacionan de tal forma que, cuando uno de estos disminuye, el otro se ve afectado, pudiendo no sólo reducir nuestra capacidad para degustar los alimentos sino también ver afectada nuestra capacidad de identificar un alimento en mal estado al oler la comida.
En un experimento, se les ha pedido a los participantes que degusten unos alimentos con los ojos vendados y la nariz cubierta, el resultado fue que, tuvieron problemas para identificar el alimento que estaban probando, dándonos una idea de lo necesario que son ambos sentidos para poder disfrutar de nuestros alimentos y gozar de una alimentación saludable.
¿Oler la comida puede engordar? Posible relación entre olfato
La inspiración detrás de este artículo reside en un reciente estudio realizado en modelo animal, específicamente ratones, que sugiere que existe un vínculo entre peso y olfato en esta especie.
En la investigación se contaban con dos grupos de ratones, el primero, tenía su sentido del olfato intacto, mientras que el segundo fue despojado de su sentido del olfato.
Ambos grupos de ratones fueron alimentados con la misma cantidad y calidad de alimento, y los resultados al final del estudio fueron sorprendentes. Los ratones cuyo olfato no tenía problemas, habían engordado, mientras que aquellos que carecían de un sentido del olfato agudo y no podían oler la comida quemaban la grasa de forma más eficiente, al parecer, conservando un peso menor.
Se podría intuir que los ratones que no contaban con un buen olfato ingerían menos alimentos que el otro grupo debido a que posiblemente el sentido del gusto se vio alterado, pero no existió variación en la cantidad de alimentos que cada uno de los grupos de ratones ingirió.
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Siguiendo esta hipótesis, también se realizó otro experimento en el cuál, se tomaron los especímenes de ratones con sobrepeso y se modificó su sentido del olfato desactivando las células cerebrales que controlan el olfato. En esta ocasión, se observó que dichos ratones perdieron peso con relativa facilidad.
Estos experimentos podrían sugerir que oler nuestros alimentos puede ser una variable importante a la hora de cómo nuestro metabolismo trabaja y también cómo almacenamos grasa, aunque aún no exista una idea clara de la forma en que interviene el sentido del olfato y tampoco se puede extrapolar los resultados en ratones a humanos con toda seguridad, no obstante, abre una nueva línea de investigación en el campo de la medicina y nutrición, que sería importante tener en cuenta y estar al pendiente de los posibles nuevos hallazgos referentes al tema.
Olfato y su impacto en el peso
Aunque no podemos decir que la misma situación en los ratones vaya a darse en humanos, si hay casos en los que individuos, debido a un accidente, operación, enfermedad u otra razón, han perdido total o parcialmente su sentido del olfato y se ha observado que su apetito en general disminuye y por lo tanto, su peso comúnmente puede verse reducido.
Es muy probable que en el futuro veamos más investigaciones que sigan esta misma línea con el fin de combatir problemas metabólicos tales como el síndrome metabólico y la obesidad.
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A tener en cuenta sobre gusto y olfato
Quizás estos resultados nos hayan parecido interesantes y estemos considerando experimentar un poco por nuestra cuenta para averiguar si oler la comida engorda o no. No obstante, los expertos mencionan que no basta con utilizar una pinza para la nariz o unos tapones tratando de anular nuestro olfato, ya que aún seriamos capaces de percibir el olor de los alimentos y es muy posible que no veamos ningún cambio en nuestro peso.
Si bien existen actualmente algunas sustancias con la capacidad de desactivar el olfato de forma temporal, lo mejor es esperar a conocer que más datos al respecto nos ofrecerá la ciencia ya que no sabemos que consecuencias puede traer a la larga.
Referencias
- Durán L. , Costell Ibáñez Elvira. 2001-2019. Percepción del gusto. Aspectos fisicoquímicos y psicofísicos, vol. 5 (4), pag. 299-309
- Razumiejczyk, E. et al., 2006. Evidencia de vinculación entre el gusto y el olfato retronasal en la percepción gustativa. XIII Jornadas de Investigación y Segundo Encuentro de Investigadores en Psicología del Mercosur. Facultad de Psicología. Universidad de Buenos Aires, Argentina.
- Valladares Vega, M. Obregón Rivas, A. M., 2005. Asociación de la sensibilidad olfatoria con la ingesta energética: rol en el desarrollo de la obesidad. Nutrición Hospitalaria, vol. 32, pag. 2385-2389.
Revisado por: Dra. Loredana Lunadei el 10/11/2020
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