Publicado: 02/10/2013 - Actualizado: 11/11/2020
Autor: Mire Reyes
Hoy quiero aprovechar éste espacio para relatar una experiencia que tuve en una consulta con una paciente, y que ha sido el típico caso de la modernidad, una dieta rica en alimentos congelados, o rápidos, panecillos, hamburguesas, todo aquello a lo que se veía obligada por no tener tiempo.

Ella llego a mi consultorio no porque estaba inconforme con su peso, sino porque su espalda comenzó a sufrir los efectos de su sobrepeso, y los dolores ya no le permitían realizar sus actividades diarias, ella tenía 30 kilos sobre su peso adecuado, y me dijo que con bajar 10 se sentía satisfecha.
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Estrategia familiar para cambiar dieta y hábitos
Para atenderla, debimos revisar que estaba pasando con su vida en ese momento, era madre de tres niñas, dos de ellas adolescentes, que también estaban teniendo problemas con su peso, y trabajaba de tiempo completo.
El caso de mi paciente, no es muy diferente a la realidad que vivimos muchos de nosotros, que debemos comer fuera, era común que ella recurriera a la comida rápida y solía tener un desorden de horarios que sólo afectaban su metabolismo y apetito.
Lo principal fue seguir las siguientes recomendaciones
- Establecer horarios fijos de comida
- Evitar las golosinas, en la oficina, suele ser fácil que encontremos galletitas o panecillos que son sólo un aporte extra de calorías
- Preferir la fruta fresca, como la banana, las uvas, y manzana, que son prácticas de transportar a la oficina
- Llevar comida de casa, sin duda, es una de las principales estrategias para perder peso si estás en la misma situación en la que debes comer en tu trabajo, ya que la comida casera es regularmente más baja en grasa y calorías que la que podemos conseguir en restaurantes de comida rápida, otra opción es buscar sitios donde puedas adquirir comida casera.
- Hacer ejercicio con continuidad.
Resultados de mejorar la alimentación y hábitos: Experiencia real
La experiencia con mi paciente fue muy gratificante ya que, no sólo consiguió perder los 30 kilos que habíamos discutido en un inicio, sino que su familia también fue prueba de lo que una alimentación saludable puede hacer por nosotros.
Comenzaron a adoptar sus hábitos de alimentación, a tomar juntos la colación, a consumir los alimentos saludables que había en casa, y sus hijas también perdieron peso, en general su familia tuvo un cambio radical de alimentación y mejoraron notablemente su calidad de vida.
Los síntomas de agotamiento, dolores de cabeza o el propio dolor de espalda que mi paciente sufría, desaparecieron tras mejorar su alimentación.
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La experiencia no fue nada del otro mundo, como me hizo saber, el problema radicaba en que ella comenzó a dejar de lado la alimentación y la calidad de sus alimentos dejándolos como la última de sus prioridades. Esto se reflejó, no sólo en su salud, sino también en su familia
Es por ello que es importante darnos cuenta de los errores que cometemos referentes a nuestra dieta. Está en nuestras manos cambiar a una alimentación mejor.
Como en el caso de mi paciente, que era sedentaria y 2 años después tiene un nuevo estilo de vida, es posible cambiar los hábitos para mejorar la salud. Ahora, fuera del tratamiento, ella me dice que ha seguido bajando de peso sin esfuerzo alguno, puesto que ya no sigue una dieta específica, simplemente su vida y sus hábitos cambiaron, y su cuerpo y su familia, son ahora un reflejo de dichas acciones.
Referencias
- Malicela Barceló Acosta, M., Borroto Díaz, G., 2001. Estilo de vida: factor culminante en la aparición y el tratamiento de la obesidad. Revista Cubana de Investigaciones Biomédicas.
- Bastos, A.A. et al., 2005. Obesidad, Nutrición y Actividad Física. Revista Internacional de Medicina y Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, vol. 5 (18) pag. 140-153.
- Pérez-Guisado, J., 2009. Importancia del momento en que se realiza la ingestión de los nutrientes. Revista Internacional de Medicina y Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, vol. 9, nº33, pag. 14-24.
Revisado por: Dra. Loredana Lunadei el 11/11/2020
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